Los policías y los periodistas en Buenos Aires se lanzan a investigar el robo más increíble de la historia reciente de Argentina. Los ladrones se han escapado con millones de dólares sin dejar rastro. Ahora, los agentes y los reporteros entran en un juego del gato y ratón. Hasta que encuentran un detalle del robo que descoloca a todo el mundo cuando se hace público y convierte a estos ladrones en una especie de héroes para muchos.
Episodio 2: Sin armas ni rencores
María Ripetta: Yo soy una obsesiva de chequear, hasta… termino siendo la de que “nunca la verdad te arruine una buena nota”, porque yo las arruino todas, porque yo chequeo y chequeo y chequeo…
Mariano Pagella: María Ripetta es una periodista argentina y en el año 2006 trabaja en el periódico Perfil de Buenos Aires. Hace apenas cuatro meses que Perfil salió a la venta y se publica una vez a la semana, los domingos.
María Ripetta: Bueno, a Rodo… nos conocemos ahí en PERFIL.
Mariano Pagella: “Rodo” es Rodolfo Palacios. También es periodista y se unió a la redacción al mismo tiempo que María.
Rodolfo Palacios: La sección policiales éramos María Elena Ripetta y yo. Y bueno, para mí fue ahí como una nueva escuela, no? porque empecé a hacer lo que llaman periodismo delincuencial. No dejar de hablar con la policía, pero sobre todo con los delincuentes.
Mariano Pagella: Ese detalle no es menor, porque María y Rodolfo forman una dupla que se complementa muy bien. Él tiene fuentes entre los delincuentes, digamos, “los bajos fondos”. Y ella se fue acercando a la policía y tiene acceso directo a personas en posiciones muy importantes.
María Ripetta: Rodo siempre fue por otro lado, más por el lado de los delincuentes, que se yo, a mí me tocaba más el lado de la investigación. Ir por los fiscales y por la policía.
Mariano Pagella: El viernes 13 de enero de 2006, María y Rodolfo están en la redacción de Perfil. Es nueva, super moderna. Tiene ventanales enormes, el piso alfombrado y en las paredes hay ilustraciones de los dibujantes del periódico.
Rodolfo Palacios: Era una redacción donde había varios televisores y algunos estaban en los canales de noticias. Y lo primero que aparece con lo del Banco Río fue “toma de rehenes en un banco”.
ARCHIVO TELEFE: En Acassuso, la tensión sigue, un asalto frustrado…
Mariano Pagella: Los programas de noticias cuentan en directo que se está produciendo un “robo exprés” en Buenos Aires. No es que sea una conmoción. Es algo común en esa época. Y este tipo de situación siempre suele terminar igual: pasan unas horas, los ladrones se entregan, y listo. Una noticia menor.
María Ripetta: A nuestro editor no le importaba porque no cubríamos el hecho diario. Yo me acuerdo que veíamos la toma de rehenes por la tele…
Mariano Pagella: Al principio, María y Rodolfo miran el televisor cada tanto, mientras hacen otras cosas. Pero la situación se alarga y… empiezan a prestarle más atención.
María Ripetta: Entre Rodo y yo empezamos a hablar “Che, esto se está haciendo muy largo”.
Mariano Pagella: En las pantallas ven que cada vez llega más policía al banco. Los canales con 24hs de noticias transmiten cada minuto.
María Ripetta: 200 policías rodeando el banco, dos helicópteros sobrevolando, el grupo especializado de la Policía estaba ahí negociando con “el hombre de traje gris”.
Mariano Pagella: Los informativos hablan de un “hombre del traje gris”, que se convierte en la figura principal de los ladrones, negociando con la policía desde el interior del banco. De pronto los ladrones empiezan a liberar a algunos rehenes. En la redacción cada vez más personas miran el televisor.
Rodolfo Palacios: Y bueno, y recuerdo que en la redacción, se vivió como si fuera un partido de fútbol donde una liberación de rehenes era un festejo.
Mariano Pagella: Y después de más de seis horas, en la pantalla aparece un titular bien grande: “ES INMINENTE EL INGRESO DE LA POLICÍA”. Las cámaras enfocan fijo la puerta del banco…
Rodolfo Palacios: Y se ve la imagen del Grupo Halcón entrando, todos pertrechados como si fueran a la guerra, con escudos, con cascos, con unas botas gigantescas.
Mariano Pagella: Pasan unos minutos… se ve al Grupo Halcón, la unidad táctica de la policía, sacar a los rehenes y llevarlos a un lugar alejado de las cámaras… y nada más.
No aparecen los delincuentes. No se ve ningún arresto. Para los periodistas esto… no es normal.
Casi dos horas más tarde la policía declara, en televisión nacional, que encontraron un túnel en el subsuelo y que los ladrones… se fugaron.
Rodolfo Palacios: Y ahí ya la sorpresa. Algo que pasa a ser una tensión extrema, pasa a ser un enigma.
Mariano Pagella: Es en ese momento cuando el editor de María y Rodolfo cambia de idea respecto a esta noticia.
Es algo importante y Perfil tiene que cubrir el robo en su edición del domingo. Quedan 24 horas para que se imprima el próximo número del periódico. María y Rodolfo tienen que encontrar un detalle nuevo, una información exclusiva, alguna entrevista que aclare este misterio.
María Ripetta: El editor decide que yo vaya cuando pasa eso puntualmente, que la policía queda en ridículo cuando entran al banco y no estaban los delincuentes.
Mariano Pagella: En Argentina hay muchos periódicos, casi todos tienen sección de policiales y Perfil quiere abrirse paso como un semanal que da información más pausada, de calidad, que complementa a las de diarios veteranos como Clarín o La Nación.
Rodolfo Palacios: Ya como que la presión también venía hacia nosotros de parte de los editores, de tener exclusivas, de tener primicias. ¿Dónde están los ladrones, dónde está la banda?
Mariano Pagella: En esa búsqueda de primicias, María y Rodolfo van a tener que navegar en un océano de pistas falsas, mentiras y desinformación… que se va a convertir en uno de sus mayores desafíos profesionales.
María Ripetta: El caso del robo del siglo fue lo que definió que yo no me quisiera mover nunca más de los policiales. Nunca más.
Mariano Pagella: Mi nombre es Mariano Pagella. Y esto es El Verdadero Robo del Siglo. Una producción original de Adonde Media.
Episodio 2: Sin armas ni rencores.
María Ripetta: Era el juicio de Carrascosa, con lo cual sería 2008 más o menos. La única periodista mujer era yo en ese momento en la sala.
Mariano Pagella: Este es uno de los tantos encargos que la periodista María Ripetta vivió a lo largo de su carrera. Como en muchos otros, ella es la única mujer en un mundo de hombres. En esa ocasión, los jueces anuncian que van a pasar la filmación de una autopsia. Y dicen que si alguien no lo quiere ver, se puede retirar.
María Ripetta: “Me la banco”, digo “Bueno, se quedan todos, me quedo”. Era muy desagradable. Aguanté, aguanté hasta que dije bueno, no doy más, salgo. No termino de salir yo, que salen todos los periodistas varones que habían en la sala. Y les digo “guachos, que están haciendo?” Me dicen “no, que no podíamos salir si vos no salías.”
Mariano Pagella: María nunca tuvo como objetivo dedicarse a cubrir policiales. Al inicio de su carrera, en el año 2004, ya había hecho pasantías en diarios importantes y tenía muy buenas referencias. El primer día en un diario nuevo, entró a la redacción y la llamó uno de los editores…
María Ripetta: Me dice “bueno, vos tenés que hacer policiales. Y vos sos mujer, así que los canas te van a hablar más fácil”.
Mariano Pagella: Los “canas” son los policías en el dialecto de Buenos Aires, el lunfardo.
María Ripetta: En ese momento, sinceramente, yo no lo vi ni siquiera como un problema. Mi único problema era que yo todavía fantaseaba con hacer otro tipo de notas y no sólo policiales. Y nadie lo veía como un problema, estaba absolutamente naturalizado.
Mariano Pagella: Por esas épocas había muchas cosas naturalizadas que hoy serían impensables. Pero a eso se le suma un ingrediente extra: que en el mundo de los policiales… no había muchas mujeres.
María Ripetta: Los policías eran varones, los abogados eran varones, los fiscales eran varones, los jueces eran varones, ¡los ladrones eran varones! Era un ambiente absolutamente de hombres. Bueno, de esa manera empieza como mi lugar en Policiales. Por eso digo que empezó medio de casualidad, porque no fue lo que yo elegí directamente en ese momento. Después sí lo elegí.
Mariano Pagella: Rodolfo Palacios también empezó en policiales de casualidad. En 1997, con solo 19 años, consiguió trabajo en un diario de Mar del Plata, su ciudad natal. Era el encargado de cubrir deportes…
Rodolfo Palacios: Y bueno, un día faltó el jefe de policiales, y me agarraron a mí: “pibe, andá a cubrir un crimen” y bueno, y fue, yo siempre digo, como un camino de ida. Pero, de esa manera es como por la ventana, o de una patada, entro al periodismo policial.
Mariano Pagella: A partir de ese momento Rodolfo se enamoró de los policiales. Y con el tiempo se dio cuenta de que lo que más le interesaba era lo que él llama “periodismo delincuencial”.
Rodolfo Palacios: A mí lo que me interesaba era entrar en las cárceles, contar historias de ladrones, más que de asesinos. Porque lo que tienen los ladrones es una vida, y no estoy hablando desde la admiración sino de la curiosidad por contar una historia, es una vida que nunca transcurre en paz. Mi hija tiene siete años y yo no le cuento, obviamente, y me dice “no me gusta que entrevistes a bandidos”, jeje.
Mariano Pagella: A mediados de 2005, el diario online Perfil estaba preparando el lanzamiento de una edición en papel. Iba a salir una vez por semana, los domingos. Y María y Rodolfo se unieron al equipo como los encargados de los policiales. Los dos tenían 29 años y era la primera vez que iban a ser redactores principales de una sección.
María Ripetta: Era una redacción que recién empezaba, así que era toda gente joven. O sea que trabajábamos y salíamos y estábamos todo el tiempo mucho juntos.
Mariano Pagella: Enseguida se hicieron amigos. Y aunque la sección eran solamente ellos dos, no había competencia.
María Ripetta: Recién había salido Perfil y teníamos mucha presión. La presión estaba puesta sobre los policiales. Perfil, que lo sigue teniendo, tenía la foto grande, que creo que “Foco” me parece que le decían, y había mucha presión sobre que esa foto la teníamos que obtener nosotros. Y estábamos bastante estresados los dos.
Mariano Pagella: Esa foto de la que habla María es la parte más importante de la portada de Perfil. Es una imagen grande y un titular enorme con el tema de la semana, la gran apuesta de los editores. La presión que tienen María y Rodolfo es que todo el material que consigan para acompañar esa foto tiene que ser diferente, tiene que añadir valor a lo publicado en otros medios.
Rodolfo Palacios: Uno tenía casi toda la semana para producir la nota que iba que haber que cerrar el sábado que por un lado tenías esa libertad de producir, de agarrar un auto con fotógrafo, pero el día de cierre había que llegar con esa nota y tenía que tener algo especial y a veces uno llegaba y se daba cuenta que la nota no funcionaba y había problemas ahí.
Mariano Pagella: El 13 de enero de 2006 hace cuatro meses que se está publicando el periódico. Para María y Rodolfo fueron cuatro meses intensos, así que en enero esperan poder descansar. Es el pico del verano en Argentina y las noticias pasan a ser lo que sucede en las playas de las ciudades de la costa de Buenos Aires. Espectáculos, eventos, ese tipo de cosas. Durante esos días, la ciudad de Buenos Aires queda… vacía.
María Ripetta: Hacía calor. Eso sí me acuerdo porque era verano, era un verano en el que nosotros pensábamos con Rodo, que nunca más lo dijimos me acuerdo, que nos íbamos a “rascar” literalmente. Ninguno de los dos se había tomado vacaciones porque nos íbamos a tomar después…
Mariano Pagella: Ahí es cuando de pronto, en la televisión, aparece el titular “TOMA DE REHENES EN UN BANCO”. Y lo que parece ser una noticia sin valor para ellos, se convierte en toda una sorpresa, un enigma, y su encargo principal como periodistas. María se pone manos a la obra, y hace lo que un reportero suele hacer con un encargo así: ir al lugar de los hechos.
María Ripetta: Yo me acuerdo que llego ya era de noche, hacía calor. Estaba todo oscuro, iluminada la puerta del banco, era como que había luz ahí nada más. Y los ahorristas desesperados, en la puerta.
Mariano Pagella: Son cerca de las 11 de la noche. Hace casi cuatro horas que terminó la toma de rehenes. El lugar es un caos. Todavía hay policías presentes. El banco está acordonado. Todo el lugar está lleno de periodistas. María se acerca a algunos colegas para ponerse al tanto.
María Ripetta: Sabíamos que habían roto las cajas y que se habían escapado por un túnel porque no le había quedado otra a la policía que decirlo. Y sabíamos que Arslanián, que era el ministro de Seguridad en ese momento, estaba al borde de matar a todos, que estaba recaliente.
Mariano Pagella: León Arslanián es el Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Los ladrones se escaparon en medio de un operativo enorme. Es una humillación.
María ve salir a algunos clientes de adentro del banco. Las emociones son extremas: están enojados, o llorando porque les robaron sus ahorros. Intenta entrevistar a alguno, pero nadie quiere dar declaraciones.
Después de pasar algunas horas en el banco, el editor le dice a María que vuelva a la redacción.
María Ripetta: Ese día fue como una charla para prepararnos, tener un panorama para la cobertura del sábado, que sí ese día fuimos los dos con Rodo muy temprano.
Mariano Pagella: Los jefes ya decidieron que el robo va a ser la tapa del periódico, sin esperar a saber si María y Rodolfo tienen algo. El día siguiente va a ser clave.
Es el sábado 14 de enero. Todavía no pasaron 24 horas desde el robo y ya se convirtió en EL tema del verano.
Aparece en todas las tapas de los periódicos.
“Toman rehenes, saquean cajas de seguridad y logran escapar”
“Un túnel, una banda y las sospechas políticas”
“Un botín que salió a flote”
Ocupa horas y horas en todos los informativos de radio y televisión. Y como es verano, no hay muchas noticias con las que competir.
“Clientes amenazan con juicios al banco”
“El golpe, analizado por dos guionistas de TV”
“Certezas y dudas: ¿estamos ante el robo del siglo?”
Todo el mundo sigue las noticias día a día. Parece una novela por entregas.
María Ripetta: Entonces era difícil que nosotros encontráramos cosas para sorprender el domingo, porque son esos casos que terminan hablando los noticieros, pero también los programas de tele, que no son de noticias. Obviamente todos los diarios, que salían todos los días, obviamente como salen los diarios, entonces era como difícil estar buscando algo que fuera diferente.
Mariano Pagella: Ese mismo sábado, a las 9 de la mañana, María y Rodolfo se encuentran frente al banco.
Rodolfo Palacios: Habré dormido una o dos horas, le dije a María que me llamara por si me quedaba dormido.
Mariano Pagella: Para poder destacarse el domingo, María y Rodolfo tienen que conseguir algo que no tenga nadie. La presión de los editores es total.
Rodolfo Palacios: Yo estaba muy nervioso, estaban todos los medios, todos los canales y para los que somos de los medios gráficos, cuando están todos los canales se hace muy difícil porque aparece alguien y van todos los canales y uno queda medio atrás.
Mariano Pagella: El lugar cambió completamente comparado con la locura que fue el día anterior.
María Ripetta: No había nadie ahí, el banco estaba desierto. Sólo habíamos periodistas dando vueltas por ahí. Si estaba, bueno, el banco con las cintas porque no se podía entrar.
Mariano Pagella: Todos los periodistas de policiales andan detrás de cualquier pista. La investigación de la policía recién empieza, entonces no hay datos nuevos. Ante la falta de información, empiezan a circular todo tipo de teorías sobre el escape de los ladrones. Una es que desde el túnel del banco se escaparon por el río…
Rodolfo Palacios: Otra de las sospechas era que los ladrones podrían haberse escondido en una casa alquilada ahí en la zona.
Mariano Pagella: Los jefes envían a María y Rodolfo a comprobar esa información. Así que deciden separarse: Rodolfo va a tocar timbres de las casas y tratar de reunir algunos testimonios, y María se va con un fotógrafo hacia el río.
El banco está ubicado en la esquina de Avenida del Libertador y Perú. María camina por la calle Perú unas 7, 8 cuadras hasta llegar al río. Ahí hay algunas playitas y se practican varios deportes acuáticos.
María Ripetta: Yo fui al río. Sacamos una foto de una salida por el río donde se suponía que se habían ido, ¿no? Era un tubo, un lugar enorme.
Mariano Pagella: Ese “tubo” que menciona María es un desagüe que corre por debajo de la calle Perú. Es un túnel muy grande, tiene 6 metros de diámetro y desemboca en el río. Una de las teorías es que desde el banco hicieron un túnel hasta ese desagüe y se escaparon por el río en Jet Ski. Cuando llega al lugar, María empieza a dudar. Le parece poco probable que hayan escapado por ahí.
María Ripetta: Yo decía “¿como pueden haber salido por acá?”. Había mucha gente. Era como una playita, qué se yo. Pero bueno, sacamos las fotos que nos habían pedido, bueno y seguimos.
Mariano Pagella: María habla con varias personas, pero nadie sabe nada. El fotógrafo que la acompaña toma algunas imágenes más y se vuelve a la redacción.
María Ripetta: No tuvimos diálogo personal con nadie, sino era todo por teléfono y la obse, que soy yo, era una máquina de intentar chequear toda la información.
Mariano Pagella: Una de las fuentes más importantes de María en ese momento es el vocero de León Arslanián, el Ministro de Seguridad de Buenos Aires. Y lo primero que hace María es chequear la teoría del escape en Jet Ski: es falsa. Inmediatamente llama a Rodolfo para avisarle.
María Ripetta: Le digo, “Mirá, lo del jet ski ya fue, ya me lo desmintieron”. No, se sabe que salieron por un desagüe pluvial, todavía no encontraron cuál es exacto, el desagüe. Pero bueno, no salieron por el río, como creímos más temprano”, le digo. Porque, insisto, habíamos ido nueve, diez de la mañana y en ese día la información cambió muchas veces.
Mariano Pagella: Mientras, Rodolfo pasa horas recorriendo el barrio, golpeando la puerta de las casas y tratando de hablar con vecinos de la zona.
Rodolfo Palacios: El periodista gráfico corre con la desventaja de que está todo en la televisión, de que ya lo dijeron. Entonces lo que trataba era de buscar lo que en ese momento mi editor me decía “lo colateral”. Y tuve la suerte de que ahí apareció una mujer que era Elvira Fraga, que era la secretaria y también compañera de Ernesto Sábato, el escritor.
Mariano Pagella: Ernesto Sábato es uno de los escritores y ensayistas más reconocidos de Argentina y el mundo… y su esposa acaba de salir del banco.
Rodolfo Palacios: Que justamente una de sus más famosas novelas era “El túnel”, la banda se había ido por el túnel. Y bueno, le pregunté si Sabato tenía una caja de seguridad y me dijo que sí. Y yo ya ahí dije “Increíble. Entran a robar un banco y está la caja de seguridad de Sabato. ¿Habrán robado, habrá manuscritos?”
Mariano Pagella: De pronto una caja de seguridad puede convertirse en una especie de símbolo en una gran historia literaria…
Rodolfo Palacios: Y ella me dijo que no, que no habían saqueado la caja de seguridad.
Mariano Pagella: No resulta ser la gran primicia que Rodolfo esperaba, pero es material suficiente para una nota secundaria, de color. Así que luego de casi seis horas recorriendo el barrio, Rodolfo vuelve a la redacción. Ahí encuentra a los jefes y editores reunidos, decidiendo qué información va a ir en la tapa.
Rodolfo Palacios: Y recuerdo que el director tiró un número por tirar y hubo como una votación, me pareció todo eso muy extraño, de cuánto podían haber robado. Algo sin chequear, algo como una cosa de “juguemos a ver qué cifra pueden haber robado”, por el cálculo.
Mariano Pagella: En ese momento ya se sabe el número de cajas de seguridad robadas: 145. Entonces en base a eso se arma una votación para calcular el botín. Sin ningún tipo de dato.
A Rodolfo todo eso le parece muy extraño, así que vuelve a su escritorio. Empieza a trabajar en la nota acerca de Sábato… pero hay algo que no puede sacarse de la cabeza.
Rodolfo Palacios: Me carcomía, no lo podía… no conocía a un ladrón que pudiera haber hecho eso de esa manera.
Para mí era como decir “La verdad, entrevisté como a treinta ladrones y no aprendí nada de la psicología de estas bandas”.
Mariano Pagella: El mundo de los ladrones es la especialidad de Rodolfo… es donde tiene sus fuentes. Y no se le ocurre quién puede haber hecho un robo así. Es todo muy poco común.
Rodolfo Palacios: De hecho, hablaba con muchos ladrones y ellos me decían “No, no, no, es muy difícil lo que hicieron estos tipos”.
Mariano Pagella: Incluso hace una lista mental de posibles sospechosos.
Rodolfo Palacios: “Tractorcito Cabrera”, que era un ladrón famoso de bancos, estaba preso. “El Gordo Valor”, que no era de esos robos, estaba preso. “La Garza Sosa” estaba en libertad, recuerdo y hasta en un momento se lo mencionó. Hugo “La Garza” Sosa, que era ladrón de blindados y de bancos, pero no era la metodología de ellos. Porque ellos eran más ladrones de armas largas y de actuar en lo inmediato, acá había gente pensante. Es como que rompieron el plano. Era en el primer piso, esta toma de rehenes, pero lo real pasaba en el subsuelo.
Mariano Pagella: Unas horas más tarde, casi al anochecer, María vuelve a la redacción. Se pasó todo el día hablando con sus fuentes en la policía, chequeando datos y reuniendo información. Acaba de entrar…
María Ripetta: Y me ataja Rodo. Me dice “hay unos problemitas con la tapa y que te van a poner un poco loquita”
“¿Por qué?” le digo “¿qué hicieron con la tapa?”. “No, está todo mal en la tapa”, me dice. “Yo les dije, yo les dije” me dice Rodo (risas). Sabía que a mí me iba a agarrar un ataque. “Yo les dije que no es así, pero pusieron lo que quisieron en la tapa”.
Mariano Pagella: En ese momento aparece su editor. Trae impreso un borrador de la tapa, y se lo muestra a María.
María Ripetta: La tapa era la foto de ese lugar del río que les digo, por el que ya sabíamos que no había salido. Que decía que se habían escapado en Jet Ski, que ya sabíamos que no se habían escapado en Jet Ski. Y había un monto de dinero que era imposible de saber porque todavía no habían declarado las víctimas del robo, que eran quienes iban a decir cuánto dinero tenían en esas cajas. Yo estaba loca, digo “esto está todo mal”.
Mariano Pagella: El director del periódico, el jefe máximo, decide que ese escape en Jet Ski… que es falso… va a ser la tapa, porque es “vendedora”. El editor no está de acuerdo. María y Rodolfo tampoco. Para un diario puede ser catastrófico publicar noticias falsas. Y mucho peor ponerlas en la tapa.
María Ripetta: Entonces el editor me dice “No te preocupes, que con la tapa hagan lo que quieran, nosotros en la nota vamos a poner las cosas bien.” En mi cabeza obse, rigurosa y obsesiva de ese momento era algo que no entraba. Rodo se lo tomó mucho más relajado y me decía “Calmate, relajate, no es tu culpa”.
Mariano Pagella: Domingo 15 de enero de 2006. Pasaron dos días desde el robo. Y sale publicada una nueva edición de Perfil. El titular dice “Por este desagüe los ladrones se fugaron en Jet Ski con casi 50 millones de dólares”. Debajo: “El robo del siglo causa conmoción política, económica y social. Para el Gobierno, sólo lo pudieron haber hecho policías o integrantes de otras fuerzas de seguridad”.
El impacto de esa tapa es inmediato. En un principio, los periodistas en otros medios piensan que se perdieron una primicia. ¡No lo pueden creer! Pero empiezan a chequear con sus fuentes y todos en la policía mantienen que es una noticia falsa.
María Ripetta: Se nos mataron de risa, tenían la misma información que nosotros, además sabían que todo eso no había sucedido.
Mariano Pagella: Las fuentes de María también ven la tapa del periódico. Entre ellas, el vocero del Ministro de Seguridad, que instantáneamente la llama por teléfono.
María Ripetta: Como era yo la que hablaba con él, era yo la que ponía la cara, me dijo “No hables más conmigo, porque además de las horas que yo perdí, pasándote la información, para que pongan lo que quieran, yo no pierdo más el tiempo con vos, bueno…”
Mariano Pagella: María acaba de perder una de sus fuentes más importantes en la policía, un golpe muy duro para una periodista que se dedica a policiales. Y la investigación del caso acaba de comenzar.
María Ripetta: Fue una tapa emblemática por lo desastrosa. Después de eso creímos con Rodo que nos iba a costar mucho remar la cobertura, porque bueno, para las fuentes éramos nosotros la cara. No saben que hay un equipo de genios que se reúnen para decidir la tapa.
Mariano Pagella: La tarea de conseguir una primicia compitiendo con todos los medios diarios ya era difícil. Ahora se convierte en algo prácticamente imposible.
María Ripetta: Ah encima, por supuesto, esas tapas vendió bárbaro, no? Esa tapa vendió muy bien.
Mariano Pagella: No es casualidad que esa tapa de Perfil haya vendido tan bien. Porque en ese momento, apenas un día después del robo, la mayor incógnita es: ¿¡Cómo hicieron esos ladrones para desaparecer rodeados de la policía!?
Una de las personas encargadas de descifrar ese misterio es el agente de policía Carlos González. Ya lo conocimos en el episodio anterior, participó desde el inicio del operativo durante la toma de rehenes. Volvamos por un ratito a ese 13 de enero.
Hace una hora que la policía entró al banco. El Grupo Halcón descubrió un agujero en la pared de un cuarto del subsuelo. Apenas se entera, González lo va a revisar.
Carlos González: Yo tenía una linterna, intenté acceder. Era un pasillito pequeño que había que entrar en cuclillas, gateando, de unos tres metros.
Mariano Pagella: El agujero mide 50 x 30 cm, el tamaño justo para que pase una persona adulta. González intenta entrar…
Carlos González: Y en el medio se veían unos hilos y una granada colgando. Y me voy para atrás, por supuesto. Digo “¡Granada!”. Bueno, una hora y media, que fueron tres años hasta que llega el grupo de explosivos a desarmar.
Mariano Pagella: Se activa el protocolo antibombas: Todos salen del banco y no pueden volver a entrar hasta que el escuadrón de explosivos libere el lugar.
Carlos González: Y no, era de pasta la Granada. Pero de noche, en la oscuridad y con ese tipo de situación uno no se arriesga, ¿no es cierto? Así que seguíamos perdiendo el tiempo y “el tiempo que pasa es la verdad que huye”, decimos los policías.
Mariano Pagella: El escuadrón antibombas encuentra otras tres granadas en la bóveda del banco. También son falsas. Cuando vuelve a entrar, González inspecciona otra vez el agujero. Y puede ver que es un túnel que desciende casi 15 metros hasta el desagüe pluvial que pasa por debajo de la calle Perú. Es el mismo “tubo” al que María le sacó la foto.
Carlos González: Fue un hecho muy bien pensado, muy bien planificado.
Mariano Pagella: Con todo el tiempo perdido por las granadas falsas, el viernes ya es muy tarde para explorarlo. Así que González vuelve al día siguiente, el sábado 14, al mismo tiempo que María y Rodolfo recorren el barrio buscando pistas.
Carlos González: Al otro día vinieron una serie de buzos porque no sabíamos que nos íbamos a encontrar. Bajo primero un buzo. Cuando me dijo que no necesitaba respirador ni nadar porque el agua le daba a las rodillas, bajé yo.
Mariano Pagella: Bajan cerca del río y empiezan a caminar hacia el sur, hacia el banco.
Carlos González: Lo primero que encontramos fue el dique..
Mariano Pagella: A la altura del banco, en medio del túnel, encuentran un dique de tablas de madera, de un metro y medio de altura más o menos. En la pared izquierda del túnel, al lado del dique, hay un agujero. Ese agujero conecta con el boquete del banco. Al agente González le queda claro que salieron por ahí. Pero, ¿por qué armar un dique?
Dentro del desagüe casi no hay luz, así que González lleva unos lentes de visión nocturna.
Carlos González: Me pongo los anteojos nocturnos y empiezo a ver a lo largo del túnel, hasta dónde podía llegar a ver en el fondo, marcas con pintura fluorescente, que yo me sacaba los anteojos y no veía.
Mariano Pagella: Estas marcas están en la pared del túnel.
Carlos González: Entonces le digo a los buzos “A ver, vamos a seguir esas marcas, a ver qué son”.
Mariano Pagella: Empiezan a caminar siguiendo las marcas. Y a medida que avanzan empiezan a encontrar cosas flotando en el agua.
Carlos González: Encuentro algunos billetes de dólares y algunas cosas, porque se les caen dos o tres bolsas, se rompen, las juntan en una y ahí… cosas que quedaron trabadas en el dique.
Mariano Pagella: Todo el túnel tiene un olor a podrido insoportable.
Carlos González: El olor del agua y de la podredumbre que existe ahí es muy importante, es algo que no la podés pasar por alto. Es un olor que yo nunca había sentido.
Mariano Pagella: González y su equipo siguen las marcas fluorescentes hasta que se terminan, a unas 12 cuadras del banco, justo debajo de una salida.
Carlos González: Había una escalera que nos llamó la atención porque eso está todo podrido. Son años, son fierros que, de tanto subirse, pisas un escalón y se rompe el fierro, te lastimas, qué se yo. Pero ésta estaba arreglada con alambre. O sea que ellos entraban por el río y salían por ahí.
Mariano Pagella: Al lado de esa escalera encuentran un bote inflable pinchado. Tiene un motor. Normalmente el nivel del agua en ese túnel es muy bajo, apenas algunos centímetros. Entonces González se da cuenta de por qué los ladrones construyeron ese dique: ¡para poder elevar el nivel del agua… y huir en botes inflables hacia el lado contrario al río!
Carlos González: El último de los gomones rotos, que lo rompen y se van, lo secuestramos a unos 200 metros adentro del Río de la Plata. Todavía mantenía el olor del tiempo que estuvo adentro del túnel.
Mariano Pagella: La policía se da cuenta que la toma de rehenes fue una distracción. Todas las piezas encajan: Personajes como “el hombre del traje gris” o el médico… armas y granadas falsas… y el botín de 145 cajas de seguridad, que abrieron en cuestión de horas… que se esfumó con ellos.
Ya pasaron casi dos semanas desde la portada sobre los Jet Ski. Para María fue un golpe muy duro, y todavía está intentando que alguna fuente le de algo.
María Ripetta: Yo hablaba con Seisdedos, que era el jefe de la Bonaerense en ese momento.
Mariano Pagella: Osvaldo Seisdedos es otra de las fuentes de alto perfil que tiene María. En ese momento es jefe de investigaciones. Y es un policía… duro. Tiene una imagen muy militar, siempre lleva anteojos negros y sus colegas le dicen “el desnucador”. María está en contacto con él desde hace varias semanas, intentando sacarle información por cualquier medio. Lo llama al celular, no la atiende. Intenta por su secretaria, tampoco. Pasan los días y se acerca cada vez más un nuevo cierre. Y llega el viernes, el día antes de mandar su nota a imprimir…
María Ripetta: Que en realidad no teníamos nada no… porque no teníamos un dato nuevo para decir, estábamos ya armando casi un refrito de la semana.
Mariano Pagella: Y María decide nuevamente intentar contactar a Seisdedos como sea. Se pasa todo el día llamándolo… hasta que Seisdedos la atiende.
María Ripetta: Y Seisdedos me dice “Mirá, vos tenés un defecto, pero en el caso de que sos periodista termina siendo una virtud: sos una hinchapelotas. Anotá, porque no lo voy a volver a repetir”. Y me dice: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”. Me dijo “Eso lo dejaron los ladrones del banco en la caja, chau” y me cortó.
Mariano Pagella: María no termina de creer lo que tiene. Agarra el papelito donde anotó la frase y va a buscar a Rodolfo.
Rodolfo Palacios: Y yo “¿Qué pasa? ¿Qué pasa?”. Nos juntamos con el editor y dice “Los ladrones dejaron una frase en la bóveda”. Parecía algo de ficción, digo, si uno esto lo lleva a la ficción parece inverosímil. “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”.
Mariano Pagella: Ninguno de los tres puede creer que, además de todo lo que ya se conoce, los ladrones se hayan tomado el tiempo de dejar un mensaje.
María Ripetta: Rodo se puso a buscar en la computadora, encontró que esa era una frase que ya se había usado en otro robo en Europa.
Mariano Pagella: En el año 1976, una banda robó un banco en Niza, Francia. Antes de irse, dejaron un mensaje escrito con tiza en una pared: “Sin armas, sin odio, sin violencia”. Se convirtió en uno de los robos más impactantes del siglo 20.
Rodolfo Palacios: Y empezamos a sospechar, qué raro que la policía o el fiscal no hubieran roto ese mensaje. Porque los dejaba más en evidencia como una burla, ¿no? “Te robo el banco, vos te crees que va a ser una masacre. Entras, no estamos y además te dejamos un poema.” Pasó a ser la policía bonaerense asesina de no respetar ningún protocolo y de matar de la manera más cruel a rehenes y ladrones a ser la más torpe del mundo, que insisto, no era torpe porque fue un robo perfecto, es decir, no es que hay que achacarle algo a la policía.
Mariano Pagella: Esto que menciona Rodolfo es clave para entender el verdadero peso de ese mensaje. Porque en esa época, año 2006, se está llevando a cabo un proceso de reestructuración de la policía. El gobierno está intentando desarticular algo que fue bautizado como “La maldita policía”.
Para entenderlo mejor, vamos a dejar que lo explique un experto en el tema.
Ricardo Ragendorfer: Mi nombre es Ricardo Ragendorfer y soy periodista.
Mariano Pagella: Ragendorfer es uno de los periodistas de policiales más prestigiosos de Argentina. Y a lo largo de su carrera investigó y escribió mucho sobre la policía bonaerense.
La era de “La maldita policía” empezó en los años 90, cuando sale a la luz que sectores de la policía controlaban el crimen en distintos lugares de la provincia. Autorizaban distintos tipos de delitos, como venta de droga o robos a bancos, aportaban información a las bandas o liberaban zonas. Y siempre recibían una parte del botín.
Ricardo Ragendorfer: Estamos hablando de una asociación ilícita de personas uniformadas.
Mariano Pagella: Según Ragendorfer, siempre hubo parte de la policía involucrada en delitos. Pero en los 90 hay algo que cambia: la policía, en lugar de involucrarse directamente, empieza a “contratar” delincuentes.
Ricardo Ragendorfer: O sea la policía seguía siendo no ajena a este hecho pero tercerizaban la operación propiamente dicha en delincuentes comunes. Habían descubierto el milagro o los beneficios de la tercerización, ¿no?
Mariano Pagella: Y todo esto en el marco de operativos muy violentos donde generalmente morían delincuentes… e inocentes.
Hay muchos casos emblemáticos de esa época. La masacre de Wilde, en 1994, donde la policía disparó más de 200 veces contra dos autos. Pensaron que se trataba de un grupo de delincuentes. Pero eran cuatro personas inocentes, que murieron en el acto.
La masacre de Andreani, en 1996, donde una banda intentó robar un banco… y la policía los estaba esperando. Hubo más de 300 disparos. Se cree que se trató de una “ratonera”, donde la policía envió a los ladrones a robar para abatirlos. Murieron seis delincuentes, dos policías y un civil.
O también, en 1999, la masacre de Ramallo, que conocimos en el episodio anterior.
Ricardo Ragendorfer: ¿Que pasó en Ramallo? En Ramallo la cana manda a la banda esta a asaltar el banco…
Mariano Pagella: Lo que sucedió fue que alguien vio entrar a los ladrones y llamó a la policía. Entonces tuvieron que ir al lugar. Cuando a la madrugada siguiente los ladrones intentaron escapar en un auto con tres rehenes, la policía disparó 170 veces. Dos rehenes y un ladrón murieron. Según Ragendorfer, no fue un “descuido”.
Ricardo Ragendorfer: No fue una “intervención poco feliz” de la policía en un caso de toma de rehenes, sino que hubo ese mar de fondo por detrás, un mar de fondo que implicaba que los pistoleros tenían que morir sí o sí para que no hablen. Y si resulta inevitable que junto con los pistoleros mueran también algunos rehenes, bueno, son daños colaterales. Y fue así. Y fue así.
Mariano Pagella: En el año 2006, el ministro de seguridad León Arslanian está haciendo una reforma enorme de la policía. Cientos de oficiales pasan a retiro y cambian toda su estructura. Y es en este contexto en el que sucede el robo al banco Río.
María, Rodolfo y su editor leen una y otra vez la frase que dejaron los ladrones en el banco. Y se preguntan qué significa para esa policía tan poco acostumbrada a que se burlen de ella.
Rodolfo Palacios: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”. Y bueno era una primicia fabulosa, porque además de irse como por arte de magia, de desconcertar al Grupo Halcón, desconcertar a un jefe de policía que era durísimo, durísimo. Seisdedos, que era pelado, un bigote, le gustaba posar con armas. Había formado parte o su escuela era la llamada maldita policía. Un policía duro y con métodos reprochables.
Mariano Pagella: Ahora, ¿por qué el mismísimo jefe de investigaciones de la provincia, el encargado de resolver este caso, básicamente, le da ese mensaje a María, si lo hace quedar en ridículo?
Rodolfo Palacios: Uno se da cuenta que lo hicieron para decir “Che, estos tipos son pensantes y dejaron una frase. Son cultos. Estamos ante una banda”, dicho oficialmente por Seisdedos, “ante la banda más inteligente de la historia criminal argentina.” Subirles el precio a los ladrones, era subirle el precio a la investigación y a la policía.
Mariano Pagella: Es decir, aparentemente, a la policía la beneficiaba que se conociera esa nota. Entonces, en ese momento, María, Rodolfo y su editor tienen que chequear la información para evitar repetir lo que pasó con la tapa anterior, la de los jet skis. Pero hay un problema: la única fuente que realmente puede confirmarlo es el vocero del Ministro de Seguridad, León Arslanian. Y nunca más quiso hablar con María.
María Ripetta: Con la calentura que nos tenía, se lo iba a decir a todo el mundo. Y nosotros teníamos que aguantar hasta el domingo. Nadie se podía enterar, ni ese viernes, ni ese sábado.
Mariano Pagella: La alternativa es no chequearlo… y jugársela. Ellos saben que en cuanto le muestren ese mensaje a sus jefes… lo van a querer poner en la portada.
María Ripetta: El editor decidió que mejor nos callaramos la boca. Y ni siquiera me atreví a volver a llamar a Seisdedos para decirle “Comisario, está seguro de lo que me dijo?” porque tipo… no… me mata.
Mariano Pagella: La decisión, riesgosa, es poner la nota en la portada sin confirmar con otra fuente. La diferencia de la portada de los jet ski es que esta información viene de una fuente fiable. Así que se la juegan.
Es domingo 29 de enero de 2006. Pasaron poco más de dos semanas desde el robo. Y sale publicada una nueva edición de Perfil. En la tapa se ve una foto de la puerta del Banco Río. Es una imagen que no tiene nada especial. Pero el titular, bien grande, dice “El mensaje secreto que dejó la banda”.
María Ripetta: Y bueno, si, finalmente salió esa tapa… Los voceros de Arslanian tuvieron que confirmar que eso era así, porque obviamente, supongo que los demás colegas tampoco estarían muy seguros de que nosotros estábamos diciendo algo que era real. Yo creo que alguno me llamó para decirme “Ché, loca. ¿es cierta esa frase o se la inventaron?
Mariano Pagella: La exclusiva del mensaje se convierte en la primicia más resonante de todo el caso. No solo es un gran éxito para Perfil y para María, es lo que termina de darle al robo un sentido… épico.
Al día siguiente, el lunes, todos los medios la reproducen. Se arman mesas de debate para buscar si hay algún significado oculto detrás de la frase o alguna pista sobre la identidad de los ladrones. Todo el país habla de ella.
María Ripetta: Creo que esa frase me ayudó mucho para seguir con la cobertura del caso también, además de la satisfacción personal y me abrió, si, la puerta a otro respeto de los investigadores. “Alguien la datea”, “Alguien le está hablando”, porque esto no había salido del ministerio, porque el ministerio era obvio que no me lo hubiera dado a mí, se lo hubiera dado a Clarín, o a La Nación, que habían hecho una cobertura diaria y no habían hecho… esa tapa… anterior.
Mariano Pagella: Pero el verdadero impacto del cartel va más allá del texto en sí. Es el elemento que refuerza algo que, en ese momento, es lo que más está presente en la opinión pública: que los ladrones se burlaron… de esa maldita policía.
María Ripetta: Fue la primer primicia… y no tuve mucho más ¿eh? Que sentí, “Sí, esta es una primicia. Y lo logré yo. Por hinchapelotas,” pero esa parte nadie la sabía.
Mariano Pagella: La frase se convierte en una especie de firma del robo. Pero el tono de las informaciones que vinieron después de la primicia de María molesta mucho al agente González.
Carlos González: Yo me sentía mal porque el periodismo disfrutaba que cada día que pasara se nos escaparan de las manos. No sé, no sé qué sentían en reírse de la policía. El periodismo y la gente, pintó, dibujó, creó héroes en estos delincuentes que robaron. Todo eso me molestaba.
Mariano Pagella: González de pronto se da cuenta de que, en esta investigación, se pone en juego mucho más que “atrapar delincuentes”.
Carlos González: En aquel entonces el ministro de Seguridad era el doctor Arslanian. No emito opinión al respecto del ministro. Pero sí sé que no nos tenía fe.
Mariano Pagella: Las autoridades los cuestionan. Los periodistas y el público parecen festejar que los ladrones se hayan escapado.
Carlos González: Tal vez eso hizo que yo le quisiera demostrar que sí estaba ante una policía altamente preparada, altamente capacitada y de la cual yo sigo estando orgulloso.
Mariano Pagella: En el próximo episodio: La policía descubre un error de la banda que impulsa la investigación. Aparece una testigo que dice tener información sobre la identidad de los ladrones. Y el equipo de investigación utiliza una tecnología secreta que los acerca cada vez más a los culpables.
Matzkin: Se llega por dos aristas realmente al esclarecimiento de este hecho. Por la famosa infidencia de una persona que declara y por la tecnología en forma paralela.
Mariano Pagella: El Verdadero Robo del Siglo es una producción original de Adonde Media con el apoyo de Duolingo.
Este episodio fue producido y escrito por mi, Mariano Pagella.
Alejandro Marinelli y Tali Goldman realizaron la investigación periodística.
La edición del guión estuvo a cargo de David Alandete.
La mezcla de sonido fue realizada por mi y Andrés Fechtenholz.
Nicolás Pagella compuso la música original.
La masterización y el diseño de sonido lo hizo Antonio Romero.
Luis Ziembrowski es la voz de Carlos González.
La ilustración del episodio es de Tony Ganem.
Martina Castro fue la productora ejecutiva.
Podes encontrar todos los episodios de la serie en robodelsiglopodcast.com o en tu aplicación de podcast favorita.
Gracias por escuchar.
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