RoboDelSiglo_EP04 (1)

Episodio 4: La caída

La policía persigue a los autores del robo al Banco Río. Les siguen la pista hasta más allá de las fronteras de Argentina. Y mientras van cayendo, uno a uno, los agentes y los periodistas se preguntan quién es el verdadero cerebro de la trama, y cómo ideó este plan que casi fue perfecto.

TRANSCRIPCIÓN

Episodio 4: La caída


Ariel Apolo: Yo recuerdo que fue un domingo a la madrugada. Yo no sé, eran las once y media de la noche y estaba escribiendo personalmente los pedidos de allanamiento al juez de garantías. De la Torre ya había sido aprehendido unos instantes antes.

Mariano Pagella: Es el domingo 19 de febrero, a la madrugada. Pasaron cinco semanas desde el robo al Banco Río y la policía acaba de detener al primer sospechoso, Beto de la Torre. El fiscal Ariel Apolo hizo seis pedidos de allanamiento al juez. Tienen que ingresar lo más rápido posible a todos los domicilios frecuentados por De la Torre, en busca de pruebas que sirvan como evidencia del robo. El primero de esos lugares es la casa de su hijo.

Son las cuatro de la madrugada. La puerta de entrada es pequeña. Detrás, a través de un largo pasillo angosto y estrecho, se accede a la casa. Llegan con la orden de allanamiento y la pareja del hijo de De la Torre abre, y los deja pasar. El secretario de la fiscalía en ese momento, Gastón Garbus, recuerda lo que encontraron.

Gastón Garbus: Una suma aproximada de 680.000 dólares y ocho kilos de joyas, para decirlo así, pero se trataba de elementos de oro, cadenas, anillos, etcétera.

Mariano Pagella: Esto es valiosísimo para la fiscalía. No se sabe exactamente de cuánto fue el botín del robo al banco, pero encontrar cientos de miles de dólares y ocho kilos de alhajas y piedras preciosas coincide con el contenido de las cajas de seguridad del banco. La policía encuentra todo eso…

Ariel Apolo: …y armas también, puntualmente la escopeta está recortada, esta Browning 2000, que era muy característica.

Mariano Pagella: Es una escopeta de caza, muy grande, que tiene la culata de madera recortada para hacerla más transportable.

Este allanamiento significa la primera gran victoria de la policía dentro de este caso. Pero también quedan en un lugar muy vulnerable: los compañeros de De la Torre van a enterarse de que fue detenido y de que la policía recuperó parte del botín. Y se van a cuidar más que nunca. La policía tiene que atraparlos lo antes posible.

Carlos González: Y ahí empieza el trabajo investigativo, que es el trabajo que sabe hacer el hombre de brigada de investigación. El trabajo de investigación es algo diferente, es algo apasionante, pero que te desgasta y lleva mucho tiempo.

Mariano Pagella: Con los sospechosos identificados, ahora es tarea del agente Carlos González y su brigada de investigaciones localizarlos y detenerlos. Están trabajando a toda máquina, sin descanso.

Carlos González: Arrancando a las ocho de la mañana y terminando cenando abajo de un puente de una estación en José León Suárez, panchos a las tres de la mañana. Porque no, no parábamos ni para comer.

Mariano Pagella: Durante los días siguientes al primer arresto, González va a encontrarse con pistas como autos lujosos pagados con dólares que huelen a cloaca, fugas a otras provincias y hasta una camioneta prendida fuego que lo van a ayudar a acercarse a los sospechosos.

Carlos González: Realmente con todos hablé, eh. Absolutamente con todos. Uno por uno cuando los íbamos deteniendo.

Mariano Pagella: Y  finalmente verá las caras de los ladrones que se burlaron de él y del resto de la policía.

Carlos González: Con todos me di la mano. A todos les dije “Ché, flaco, felicitaciones. Porque la verdad se mandaron un golazo”. Y salvo uno, el resto me dijo, “la verdad jefe, lo felicito a usted. Jamás pensé que nos iban a meter presos.”

Mariano Pagella: Mi nombre es Mariano Pagella. Y esto es “El verdadero robo del siglo”. Una producción original de Adonde Media.

Episodio 4: La caída.

Rodolfo Palacios: Eran varias dudas que en mi cabeza se iban tratando de construir. ¿Cómo los habían convencido para entrar con armas de juguete o réplicas de armas? ¿Quién era el líder? ¿Cómo se había planificado? ¿El tema de la fuga?

Mariano Pagella: Este es Rodolfo Palacios. Es periodista de policiales y lo conocimos en el segundo episodio. Está cubriendo el caso desde el primer día. Y luego de más de un mes, el robo dejó de ser un simple encargo laboral.

Rodolfo Palacios: El caso me seguía obsesionando, pero yo sentía que me faltaba muchísimo.

Mariano Pagella: Con todas estas preguntas en su cabeza, el anuncio de la detención de uno de los ladrones significa para Rodolfo una vía posible para encontrar respuestas.

Rodolfo Palacios: Cuando cayó Beto de la Torre hubo una conferencia. Estaba el policía Osvaldo Seisdedos, que era un personaje muy particular, que siempre posaba cuando liberaba algún secuestrado con su metralleta. Un hombre calvo con bigotes y él era el que estaba ahí en la investigación con sus superiores.

Mariano Pagella: Esta detención es muy importante para la policía. Habían quedado en ridículo para las autoridades de la provincia, los medios y el público. Así que, el lunes 20 de febrero de 2006 deciden anunciar la detención de Beto de la Torre… a lo grande. 

Rodolfo Palacios: Y fue anunciado en conferencia de prensa y recuerdo que fue presentado como el líder de la banda. Esto es muy común cuando cae el primero de una banda dicen que es el líder.

Mariano Pagella: La policía todo el tiempo intenta subirle el “nivel” a la detención. Muestran una foto de De la Torre y dicen que es un hombre argentino de 52 años de edad. También creen que sería la primera persona que entró al banco: el “hombre del guardapolvo”. Y cuentan que se trata de un ladrón que pasó casi la mitad de su vida en prisión por robos.

Rodolfo Palacios: Y además De la Torre tenía una gran historia en el hampa, era como que había caído un ladrón con mucha experiencia.

Mariano Pagella: Las autoridades parecen estar orgullosas. Al inicio de la investigación la policía daba muy poca información, pero ahora lo cuentan todo: el análisis de las llamadas telefónicas, las tareas de vigilancia, las detenciones, quieren que se conozca cada detalle de este gran triunfo. Pero De la Torre se negó a declarar y dice que es inocente. Entonces la policía no tiene nueva información sobre la banda, el origen de la idea o como se llevó a cabo el plan. Hasta el momento son todas conjeturas.

Para Rodolfo, De la Torre representa la primera gran oportunidad de conocer los secretos detrás del robo. 

Rodolfo Palacios: Entonces empiezo un poco a armar el perfil de Beto. 

Mariano Pagella: Rodolfo es especialista en historias de delincuentes y criminales y tiene muchos contactos en ese ambiente. Así que comienza a recolectar información sobre la carrera delictiva de Beto de la Torre.

Se entera, por ejemplo, de que al mismo tiempo que él daba sus primeros pasos en el periodismo, en Mar del Plata, su ciudad natal… Beto también estaba ahí.

Rodolfo Palacios: Beto integra una banda apodaba “la banda de las corbatas”, que salían a robar con traje y corbata y eran tres. Era una banda que robaba compulsivamente. Robaba financieras, robaba bancos, andaban con gorritas de golf y traje y unas metrallas que hasta incluso llegaron a voltear a un patrullero. 

Mariano Pagella: Rodolfo descubre que Beto es un ladrón con mucha experiencia, pero de hacer golpes rápidos, robos exprés, delitos más espontáneos y con armas. No le parece el tipo de ladrón que planificaría un robo así. Cree que él no puede ser el líder, que tiene que haber alguien más detrás del plan.

Rodolfo Palacios: Entonces ahí en mi cabeza se iba construyendo un poco cómo se fue formando la banda entre personas pesadas que tenían antecedentes muy violentos de usar armas largas y personas más pensantes.

Mariano Pagella: Su cabeza va a mil por hora. Se imagina decenas de escenarios posibles. Pero todavía sigue siendo un misterio, no tiene ningún dato concreto. Y para remediar eso, decide que debe entrevistar a Beto de la Torre en la cárcel. Rodolfo empieza a tramitar los permisos. Todo esto suele tardar varias semanas, no aguanta las ganas de que llegue ese momento. Pero su ansiedad va a ser peor todavía cuando, durante los días siguientes a la detención de Beto de la Torre… la policía anuncie la caída de otros integrantes de la banda.

Carlos González: Yo creo que tengo el problema de ser adicto al trabajo. Todo aquello que me gusta lo hago de principio a fin. Hace muchos años que ya no trabajo, pero yo normalmente sueño que estoy trabajando.

Mariano Pagella: Ya pasaron 40 días desde el robo y en la mente del agente Carlos González hay lugar para una sola cosa: atrapar al resto de los sospechosos del robo al Banco Río: Sebastián García Bolster, Mario Vitette, Julián Zalloechevarría y Fernando Araujo.

Carlos González: Acá se dio un conjunto de cosas que hicieron que el personal especializado fuera altamente capacitado para cada una de sus tareas. Todos, absolutamente todos, altamente profesionales, y es un orgullo. A esa gente yo le debo el sacrificio.

Mariano Pagella: González siente que su responsabilidad va más allá de su trabajo: se lo debe a todo el equipo de investigación que identificó a los sospechosos. No solo quiere atraparlos, la policía también necesita entender su plan y recuperar el botín que se robaron. Pero para eso tiene que encontrarlos. Y el que más obsesiona al agente González y su equipo es Mario Vitette.

Vitette es un uruguayo que vive hace años en Argentina. Es un viejo conocido de la policía, un ladrón con un historial largo. Pero además, todo apunta a que él es el famoso “hombre del traje gris” que estuvo negociando con la policía. Y lo identificaron… gracias al traje. 

Carlos González: Hay un negocio de venta de ropa, que está en el shopping de San Isidro, que tuvo durante un mes una promoción que era un traje color gris con una camisa y una corbata. Dos mujeres que eran víctimas dijeron: “es la promoción que tiene el comercio tal, del Shopping de San Isidro.” “Yo se lo compré a mi marido”, dijo. “Sí, yo también.” Era la misma corbata, la misma camisa, el mismo traje.

Mariano Pagella: En base a estos testimonios, González va hasta ese negocio de venta de ropa con fotos de todos los sospechosos y pide ver los videos de las cámaras de seguridad de los días previos al robo.

Carlos González: Así que fui a mirar los videos de las cámaras hasta que apareció él comprando eso. Así empezó el asunto de Vitette.

Mariano Pagella: En los videos de seguridad, González identifica el rostro de Mario Vitette. Tiene el pelo corto con algunas entradas por los años, cejas pobladas y una mirada penetrante. Es difícil imaginarse que es un ladrón. Pero ahí está la prueba de que lo más probable es que sí, que él es el “hombre del traje gris”. Esto lo pone al tope de la lista de sospechosos: es el que más se burló de la policía.

Carlos González: Yo trabajé 10, 11 años en narcotráfico. Bueno, el narcotráfico es un delito internacional, entonces te relacionas internacionalmente y vas a hacer cursos y vienen a hacer cursos. Entonces con un amigo, un conocido de Uruguay, le digo: “mira, tengo este hecho. Está metido un uruguayo, me podés averiguar?”. “Sí”.

Mariano Pagella: El contacto de González en Uruguay le dice que Vitette está ahí. De momento es solamente un sospechoso, entonces no pueden pedir ningún tipo de extradición. Así que mientras permanezca en Uruguay, no pueden hacer nada. 

El agente González tiene que moverse rápido, porque cada día que pasa es una chance más de que los ladrones se fuguen. Así que trata de localizar a otro de los sospechosos en su lista: Sebastián García Bolster.

El equipo de investigaciones encuentra que tanto él como sus padres viven en San Isidro, la misma localidad donde está el Banco Río. Pero la casa de él está vacía. Piensan que se puede haber fugado al enterarse de la noticia de la detención. Cada minuto que pierden puede haber pruebas que desaparecen. No pueden esperar más. En la casa de sus padres sí hay luces, movimiento.

Carlos González: Entonces dijimos: “Bueno, vamos a allanar”.

Allanamos la casa de los padres de García Bolster. Un hombre grande eh, un hombre de bien, una casa buena.

Mariano Pagella: En la casa está el padre de García Bolster. Le explican la situación, le muestran la orden del juez y entran a la casa. Rápidamente comienzan a revisar cada rincón y no encuentran nada… hasta que abren el freezer de la heladera… 

Carlos González: …y adentro de un pollo encontramos 20.000 dólares congelados. 

Mariano Pagella: Sí, escucharon bien. Veinte mil dólares… dentro de un pollo congelado. El padre de García Bolster parece tan sorprendido como  González. El agente le pregunta sobre lo que acaban de encontrar…

Carlos González: y me dice “No, ese pollo lo trajo mi hijo para que se lo guardemos y él se fue de vacaciones a Villa Gesell”.

Mariano Pagella: Villa Gesell es una ciudad costera de la provincia de Buenos Aires, a unas cinco horas en auto desde San Isidro. García Bolster viajó con su esposa y sus hijos. González le ordena a dos grupos operativos que vayan yendo hasta esa ciudad mientras él va al segundo allanamiento, el de la casa del mismo ladrón, que desde afuera parece vacía.

El ingreso se hace con el Grupo Halcón, la unidad táctica de la policía de la provincia, que abre la puerta de entrada a la fuerza. Es una casa grande, que tiene una sala que es una especie de taller. Ahí García Bolster trabaja reparando motos de agua. Nuevamente, revisan cada rincón.

Carlos González: Si bien no había plata, no había joyas, había un montón de cosas. Por ejemplo, 20 metros de luces, cuatro baterías, tres cargadores de batería, 15 metros del mismo cable del túnel con las mismas lamparitas, cosas así.

Mariano Pagella: Son todas cosas similares a las que encontraron en el túnel por el que escaparon los ladrones. Pero además de eso, encuentran un cuaderno. En una hoja del cuaderno, aparece una fecha de mayo del año anterior. Garbus, el secretario de la fiscalía, describe perfectamente lo que ven ahí.

Gastón Garbus: Abajo había un dibujo con la representación de un círculo que tenía las mismas proporciones, con medidas, que el tubo pluvial que pasa por el banco. Eso era ni más ni menos que el dique que hicieron ahí en el túnel y con las medidas exactas de la superficie que debían cubrir para obtener la flotabilidad que les iba a permitir irse en los gomones que habían adquirido.  

Mariano Pagella: A partir de ese momento, para la policía Sebastían García Bolster se convierte en “el ingeniero”. De hecho, ahora cambian de idea y piensan que puede ser el cerebro detrás de todo el plan. Tienen que encontrarlo. 

Saben que está en la ciudad de Villa Gesell, pero no saben donde está alojado ni como ubicarlo. Hasta que el fiscal Apolo, en medio del allanamiento en la casa de García Bolster, encuentra algo que le llama la atención… 

Ariel Apolo: Había sobre una cómoda un aparato telefónico con fax, con una luz que titilaba en dicho aparato, hacía presumir que había un mensaje en su contestadora.

Mariano Pagella: Apolo decide presionar el botón de la contestadora telefónica. 

Ariel Apolo: Y escuché el mensaje de una mujer empleada de una compañía de seguros que le daba la bienvenida por haber asegurado su vehículo recientemente adquirido, del cual decía la marca, modelo, número de patente y hasta el color.

Mariano Pagella: Ahí lo tienen. 

Ese mensaje les da a los policías todos los datos del auto de García Bolster. Enseguida, el fiscal Apolo le informa al personal que estaba yendo a la ciudad de Villa Gesell la descripción y datos del vehículo para que lo busquen. 

Ariel Apolo: Ese personal de investigaciones rápidamente localizó el auto con las descripciones aportadas y estos hicieron a discreta guardia vestido de civil.

Mariano Pagella: El auto está estacionado en el centro de la ciudad, donde hay varios restaurantes. Es plena temporada de verano, así que la ciudad está llena de gente. Entre toda esa gente, camuflados, vestidos de civil, varios agentes cubren el auto de García Bolster.

Ariel Apolo: Al rato se acerca un sujeto a dicho automóvil y cuando se disponía a subir del lado del conductor fue identificado, resultando ser ésta la persona que tenía orden de detención.

Mariano Pagella: Los agentes lo identifican, se abalanzan sobre él y lo detienen. Inmediatamente es trasladado a la fiscalía, en San Isidro, para interrogarlo. 

Es la noche del jueves 23 de febrero de 2006. Hace casi seis semanas que sucedió el robo y cinco días después de detener al primer sospechoso, la policía logra una nueva victoria: para ellos, esta vez detuvieron al cerebro de la banda.

Carlos González: No era ladrón. Él salió a hacer una aventura. 

Mariano Pagella: García Bolster tiene 30 años y es técnico mecánico. No tiene antecedentes penales ni contactos en el mundo del hampa. Él dice ser inocente, pero eso no le impide a la policía emitir un comunicado anunciado la gran detención de “el ingeniero”. Dicen que es el “cerebro” detrás de la banda, quien diseñó todo el plan del túnel, el dique y el escape en botes inflables. Nuevamente, sale en todos los medios y eso genera algo… inesperado…

Gastón Garbus: …que tiene que ver con la presentación también en forma espontánea en la Fiscalía de dos personas que manifestaron que habían vendido a Sebastián García Bolster dos departamentos por 60 y 65 mil dólares. 

Mariano Pagella: Gastón Garbus, el secretario de la fiscalía, recuerda perfectamente lo que sucedió. 

Gastón Garbus: Entregaron el dinero porque no querían tener ningún problema y ellos sabían que podía tener que ver con el robo. Eso fue un dato también que permitió establecer o reforzar cuál era la participación de García Bolster en los hechos. 

Mariano Pagella: La policía recupera otra parte del botín. Esto se suma al dinero y joyas que ya habían secuestrado a De la Torre. Todo esto es asegurado en el edificio de la brigada de investigaciones, bajo el cuidado del agente González. Mientras los medios hablan sobre el nuevo detenido, su equipo sigue buscando a los dos sospechosos que quedan en Argentina: Julián Zalloechevarría y Fernando Araujo. Pero no consiguen resultados… hasta que de pronto, el miércoles primero de marzo, menos de una semana después de la detención del “ingeniero”… suena el teléfono de González.

Carlos González: Yo tengo amigos gracias a dios en varios lados. Y dos o tres grandes amigos estaban en ese entonces en la Policía de Seguridad Aeroportuaria. 

Mariano Pagella: Uno de esos amigos es parte de la policía que trabaja en Aeroparque, el aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires. Y le pregunta si la persona que él está buscando es Mario Vitette.

Carlos González: “Sí.” “Se subió a un avión en Uruguay y viene a Aeroparque.” Digo: “¿Me está cargando?” “Pero si.” “¿Y cómo sabes?”. “Y porque se subió con el nombre de él”. “No te puedo creer”, le digo. “Sí”.

Mariano Pagella: O sea, Vitette, el hombre del traje gris, el sospechoso de mayor perfil de todo el robo, que parecía que se les había escapado de las manos, de pronto, está volviendo a Argentina.

Carlos González: Bueno, armamos ahí tres móviles, lo pasamos a buscar a Apolo y salimos corriendo.

Mariano Pagella: Aeroparque es un aeropuerto que está destinado principalmente a vuelos dentro de Argentina y países limítrofes, como Uruguay. González y su equipo ingresan por una entrada que los lleva directamente a la pista de aterrizaje.

Carlos González: Entramos por atrás de la pista y nos esperaban ellos del otro lado. Y bajó del avión, cuando salió, salió riéndose. No puso las manos adelante de casualidad, ¿viste? Fueron dos hombres de la PSA, le dijeron “Acompáñenos” “¿Cómo no?”, dijo.

Mariano Pagella: La “PSA” es la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Le preguntan si tiene equipaje y dice que no. Los dos oficiales lo escoltan y lo encierran en una habitación chiquita, sin ventanas. Una especie de “celda” improvisada. El agente González entra a la habitación.

Carlos González: Entonces entro yo, ¿no? y le digo: “¿qué hacés acá?” “Y, ¿no me andaban buscando para detenerme? Vine para que me detengas”.

Mariano Pagella: Vitette está relajado, sonriente. Tiene unos 50 años. Está vestido con una camisa blanca y un suéter color celeste. 

Carlos González: Digo “Bueno, está bien. Te felicito, che, eh. Muy lindo el hecho.” 

Mariano Pagella: Al igual que durante la toma de rehenes, Vitette está completamente seguro de sí mismo. No duda, no titubea, no muestra ni una mueca de nerviosismo. Para González es muy claro que se trata del “hombre del traje gris”.

Carlos González: Vitette en sí mismo es un personaje, es un tipo divertido. O sea, Vitette… Vitette se reía. Dice: “Bueno, pero yo me voy a ir pronto porque yo me vengo a entregar y no tengo nada.”

Mariano Pagella: Según González, Vitette le dice que es totalmente inocente. Dice que se entrega porque se enteró de que la policía argentina lo está buscando y que se lo aconsejó su abogado. González sale de la habitación y le informan que Osvaldo Seisdedos, el jefe de investigaciones de la provincia de Buenos Aires, está en camino. Para la policía, esta puede ser la detención más importante de todas, el hombre del traje gris, ¡la figura más relevante del robo! Así que deciden mantenerlo encerrado en esa habitación… y avisar a todos los medios de prensa para que vayan hasta Aeroparque.

Rodolfo Palacios: Vitette se entrega. Y va toda la prensa. Fue como una entrega avisada a la prensa, va toda la prensa que está la foto de él llegando ahí.

Mariano Pagella: Una vez más, Rodolfo Palacios está ahí. Todos los medios se agolpan frente a la puerta de la oficina de la PSA, la policía del aeropuerto. Hay varios oficiales uniformados y al frente está Osvaldo Seisdedos. Y anuncia: “Este es el hombre del traje gris, el jefe de la banda y cerebro de esta operación delictiva que se llevó a cabo en el banco de Acassuso”. De nuevo, aparece otro “jefe” y “cerebro” de la banda. Es el tercero al que identifican desde que comenzó la investigación…  

Rodolfo Palacios: Ahí también hubo conferencia y me acuerdo que decían que Vitette era un ladrón uruguayo experto en boquetes, hombre araña. Quedaron Beto de la Torre y Vitette Sellanes como si fueran los líderes.

Mariano Pagella: Minutos después, cinco oficiales de la policía del aeropuerto trasladan a Vitette desde la habitación donde está encerrado hasta un patrullero. Le pusieron un chaleco antibalas y una capucha en la cabeza. No se le ve el rostro. En cuanto sale del aeropuerto, los micrófonos se abalanzan. Vitette grita, con una voz apenas audible detrás de la capucha: “¡Soy inocente! ¡Yo me presenté solo! ¡Vine solo!”. Son apenas segundos. La policía lo mete en la parte de atrás de una camioneta y se lo lleva.

Carlos González: Ser policía es como… como ser poeta. El poeta de golpe se levanta a las tres de la mañana y le vino. Y le vino y es feliz. Bueno, así es el policía. Le salen las cosas y es feliz.

Mariano Pagella: Y González está feliz, porque en 10 días logró la captura de tres de los sospechosos del robo. La policía anuncia a la prensa los roles de los detenidos, que nuevamente cambian frente a cómo los habían presentado antes. Ahora son: Mario Vitette, “el hombre del traje gris”, el jefe y líder de la banda. Sebastián García Bolster, “el ingeniero”, el técnico a cargo del túnel y el escape. Y Beto de la Torre, “el hombre del guardapolvo”, el primero en entrar y tomar el banco.

Pero al periodista Rodolfo Palacios esto no le termina de cerrar, porque Vitette no es ladrón de bancos y tampoco boquetero.

Rodolfo Palacios: Lo único que les importaba a algunos editores era el botín o algo impactante, algo fuerte. Y yo, la verdad lo que me obsesionaba más la historia y me interesaba más la banda en sí, era lo que más me interesaba del robo.

Mariano Pagella: Rodolfo está obsesionado con conocer cada detalle sobre el robo, sobre el plan, sobre la banda. Y finalmente, luego de varias semanas, recibe la autorización que estaba esperando. A menos de dos meses de ocurrido el robo, va a poder estar frente a frente, en la cárcel, con uno de sus principales sospechosos: Beto de la Torre.

De la Torre está detenido en el penal de Florencio Varela, una cárcel muy grande de mediana y máxima seguridad. Está ubicada en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.

Rodolfo Palacios: Toda persona detenida necesita hablar, es impresionante, yo descubrí eso con el tiempo, porque tienen como un presente suspendido. Todo el tiempo es lo que ocurre ahí y viven del pasado hasta exagerando historias, anécdotas.

Mariano Pagella: Rodolfo tiene mucha experiencia entrevistando ladrones, es su mundo. Entonces cree que puede lograr que Beto le confiese a él cosas que no le confesó a la policía. Cuando llega a la sala de visitas de la prisión, después de pasar los chequeos de seguridad, Beto ya lo está esperando. Tiene barba de algunos días e insiste en que es inocente. 

Rodolfo Palacios: Beto estaba muy comprometido, pero en su discurso él seguía diciendo “No, yo no fui”. Su coartada no era para nada creíble. Que prácticamente era una coartada muy débil, que él a esa hora estaba también viendo la televisión y no podía creer lo que los ladrones estaban haciendo.

Mariano Pagella: Dice que cometió muchos delitos en su vida, pero que ya pagó por ellos pasando más de 20 años en prisión. Asegura que la denuncia es falsa y sospecha que a su esposa, Alicia di Tullio, la obligaron a declarar. Rodolfo le pregunta por los cientos de miles de dólares y las joyas que le encontraron, pero dice que es todo mentira.

Rodolfo Palacios: Yo he entrevistado ladrones antes de cometer un delito, ya habían cometido delitos y después. Y es como que el delito es como un tónico. He conocido ladrones que caminaban encorvados y después de robar un banco caminaban erguidos, fuertes, con una seguridad.

Mariano Pagella: Rodolfo, con toda su experiencia como periodista delincuencial, desarrolló una especie de sexto sentido. Puede detectar ciertos… gestos, indicios que son únicos en el mundo de los delincuentes.

Rodolfo Palacios: Noté eso en Beto. Noté una seguridad. Porque si él no hubiese sido, no hubiese hablado tan tranquilo. Hablaba con la tranquilidad de alguien que había cometido el mejor robo en toda su historia criminal.

Mariano Pagella: Rodolfo insiste y vuelve a insistir. Sin éxito, porque no logra sacarle nada a Beto. Pero sabe por su experiencia que el primer contacto siempre es el más difícil. Tiene que ganarse su confianza y demostrarle que no es un periodista más. Aunque eso le va a llevar tiempo, está confiado de que Beto va a ser la puerta a todos los secretos del robo.

Ya pasó una semana desde el último arresto. Después de las detenciones de De la Torre, García Bolster y Vitette, al agente González todavía le falta encontrar a dos de sospechosos. Uno es Fernando Araujo. 

Carlos González: Araujo es el otro que no, no era un hampón. Era profesor de arte marcial. Era muy buen pintor de pintura moderna. Un bohemio. Esa es la palabra. Un bohemio.

Mariano Pagella: Al igual que García Bolster, no tiene antecedentes. Pero con este último, por las pruebas que encontraron, la policía supone que participó como “el ingeniero” del robo. Araujo, en cambio, es artista, hijo de una familia de clase alta de San Isidro. No le encuentran sentido a su participación. Es un misterio. 

Carlos González: Una persona inteligente, una persona culta, una persona con capacidad.

Mariano Pagella: Como vimos en el tercer episodio, Araujo quedó registrado con García Bolster sacando fotos dentro del banco un año y medio antes del robo. Así que, a través del análisis de su teléfono, la brigada de investigaciones empieza a monitorear a sus contactos más cercanos.

Carlos González: Y tenía una amiga, muy amiga, en San Isidro. Del teléfono de su amiga de San Isidro había 273 mil llamadas a una localidad de San Juan.

Mariano Pagella: San Juan es una provincia al oeste de Argentina, bordeando la cordillera de los Andes. Está a 1500 km de Buenos Aires, son más de 15 horas de viaje en auto. Y descubren que esas llamadas son realizadas desde un teléfono público de un pueblito muy chiquito llamado “El Rodeo”.

Carlos González: Un grupo viajó a San Juan, empezó a identificar a la persona que atendía la llamada. Y así fue que se lo siguió y llegamos a un lugar en medio de la montaña, absolutamente perdido en la montaña, donde hay una escuela rural.

Mariano Pagella: Es una localidad pequeña, con menos de 1.500 habitantes. Está rodeada de largas extensiones de valles y montañas donde no hay nada. Varios vecinos vieron llegar a un forastero, hablar por teléfono, y luego irse. Pero nadie sabe dónde vive. Durante varios días el equipo de González recorre la zona. Es un lugar de pura naturaleza, lleno de montes y pequeñas montañas. Lo recorren en auto, moto y hasta a caballo. Nada. Araujo pareciera ser un fantasma. 

Carlos González: Fuimos a hablar con el comandante de Gendarmería de la zona, dejarle fotos, explicarle: “Mire, no sabemos si viene”, porque no lo teníamos ubicado el lugar donde él vivía.

Mariano Pagella: Gendarmería es una fuerza militar que cumple tareas dentro del país, a nivel nacional. Como en San Juan hay un cruce de frontera a Chile, hay un destacamento que patrulla la zona. El equipo de González deja el pedido de captura con su foto. Y se van, derrotados.

Queda otro sospechoso que González tiene pendiente: Julián Zalloechevarría. Varios testigos de la zona por donde escaparon los ladrones describieron a una persona que se pasó horas sentado en una “combi” Volkswagen el día del robo, la camioneta en la que escaparon los ladrones.

Carlos González: Nos pusimos a buscar la banda que trabajaba en sus años de ladrón Beto de la Torre. El más parecido era Zalloechevarría.

Mariano Pagella: El equipo de González lo ubica en la localidad de San Vicente, al sur de la provincia de Buenos Aires, a unos 75 km del Banco Río. Y rápidamente arman un operativo de vigilancia. La descripción de los testigos es muy poca evidencia para poder detenerlo, necesitan encontrar más pistas que lo unan al robo. Empiezan a seguir cada uno de sus movimientos y detectan algo que les llama la atención: ven que maneja una lujosa camioneta Ford 4×4, último modelo. Así que González empieza a visitar las agencias de autos de la zona, con una foto del sospechoso.

Carlos González: Y en la Ford de San Vicente hablamos con el gerente y nos dijo que habían vendido una EcoSport cero kilómetro y que la plata la tuvieron que contar fuera de la agencia porque tenía un olor a podrido infartante y la había pagado en efectivo con dólares en un solo pago.

Mariano Pagella: González recuerda el olor a podrido del túnel por el que escaparon los ladrones. La fecha de la compra de esa camioneta es el 4 de febrero, tres semanas después del robo. Con esa pista a favor, empiezan a hacer averiguaciones en locales de venta de la zona.

Carlos González: La familia tenía comprada una plancha en 15 cuotas, una licuadora en 24 cuotas. Y el 24 de enero habían comprado plasma, mesa, heladera, freezer, cocina nueva. Fuimos al corralón de materiales, nah, no te imaginás los gastos que habían hecho.

Mariano Pagella: Es decir, pasaron de comprar pocas cosas en muchas cuotas, a hacer enormes gastos de dinero. También descubren que el 20 de enero compró un local de telefonía celular en la ciudad de Buenos Aires. Y todo, justo después del robo al banco.

Carlos González: Y bueh, ya no había duda. Le entramos, le dimos.

Mariano Pagella: Es el 11 de marzo. Pasaron casi dos meses desde el robo y tres semanas desde la detención del primer sospechoso, Beto de la Torre. Con esta nueva información, el fiscal Apolo consigue la orden de detención para Zalloechevarría. Un equipo de la brigada de González lo espera a la salida de su casa. Lo ven salir en su camioneta y lo siguen unas cuadras, hasta que varios móviles de la policía lo encierran y lo detienen.

Carlos González: Preso Zalloechevarria. Secuestramos plata, secuestramos cosas, que se yo. Y le secuestramos los bienes comprados con la plata ilegal.

Mariano Pagella: Al mismo tiempo que lo detienen la policía entra a su casa. Revisan hasta el último centímetro, buscan cualquier cosa que pueda ser parte del botín del banco… pero no hay nada. Solo le secuestran 56,000 pesos que tenía en su camioneta. No encuentran bolsas llenas de dólares y joyas… pero sí descubren otra cosa, algo muy importante, no en la casa, sino cerca. La brigada de González arma una cuadrícula de búsqueda alrededor de la casa de Zalloechevarría.

Carlos González: Y la vas revisando, la vas revisando, a medida que te vas alejando y ponele a uno o dos kilómetros de la casa de Zalloechevarría, en un descampado, encontramos la combi prendida fuego.

Mariano Pagella: Es la “combi” Volkswagen que describieron todos los testigos. Solo queda el armazón de hierro. Varios vecinos de la zona cuentan que hace varias semanas alguien la estacionó ahí y la prendió fuego. El equipo de González la revisa y ven que en el suelo tiene un agujero…

Carlos González: …que en la pericia calzó justo con la salida a la desembocadura.

Mariano Pagella: ¡Esta es la gran prueba que le faltaba a la policía para confirmar su teoría sobre el escape! Zalloechevarría estacionó la camioneta sobre la salida de la alcantarilla por donde escapó la banda. Y ellos entraron directamente a la camioneta por el agujero en el piso. 

Al igual que el resto de la banda, dice ser inocente y se niega a declarar. La policía no logra sacar ni un solo testimonio de los detenidos. Pareciera que todos se pusieron de acuerdo.

Carlos González: Ya teníamos preso a todos y nos faltaba Araujo. Y ya nos quedaba solamente llegar a saber dónde estaba, porque ya lo teníamos reconodido a Araujo.

Mariano Pagella: Fernando Araujo, el quinto sospechoso y el mayor misterio. Parece haberse esfumado de la faz de la tierra. Visto por última vez en San Juan. Y así pasan varias semanas. La fiscalía hace ruedas de reconocimiento y varios de los rehenes reconocen a los detenidos, así que comienzan a armar el pedido de elevación a juicio. Pareciera que este es el fin, que González no va a lograr cumplir con su misión de detener a toda la banda… hasta que el 11 de abril, a casi tres meses del robo, le llega una notificación de Gendarmería.

Carlos González: Y un día sale una patrulla de Gendarmería porque se sale a caballo, es la montaña, la nada. 

Mariano Pagella: Gendarmería patrulla regularmente la zona del cruce a Chile en la provincia de San Juan. Y en uno de esos recorridos, ven a una persona subiendo por el costado de una montaña. La descripción que hacen es que es muy ágil, que parece “una cabra”. Entonces Gendarmería lo empieza a seguir.

Carlos González: Y ve una carpa. Se acerca. Ve, según ellos, a un tipo meditando.

Mariano Pagella: Está en la cima de una pequeña montaña. No hay nada a varios kilómetros a la redonda. Está completamente aislado. En la carpa ven que tiene muchísimas provisiones, para que le duren meses. Tiene barba de varias semanas. Pero eso no es lo que más les llama la atención a los gendarmes.

Carlos González: Se acercan ahí y tenía, no sé, 30 diarios con todos los diarios de Buenos Aires, ¿no? con todos los artículos del Banco Río, todos subrayados, todos remarcados, recortes de revistas.

Mariano Pagella: ¡También tiene partes del expediente judicial del caso! Gendarmería chequea su identidad, y ven que es la persona de la que habían dejado un pedido de captura. Y lo encuentran de casualidad, por un patrullaje de rutina. Araujo no se resiste. Se llevan todas las cosas que tiene en el lugar…

Carlos González:  …y tenía un GPS que no era muy común en esa época, que tenía cinco puntos marcados. Buscando, dando vueltas, en cada punto encontramos un canutito enterrado con un frasco de vidrio, esos de café grande, con diez mil dólares, con veinte mil pesos…

Mariano Pagella: “Canutito” se refiere a un rollo de billetes. Aparentemente tenía distintos montos de dinero enterrados por todo el lugar.

Una semana más tarde es trasladado desde San Juan hasta la fiscalía de San Isidro. Pero a diferencia de sus compañeros… él sí declara. Y dice que es inocente y que puede probar que cuando sucedió el robo él estaba donde lo encontraron, en San Juan. 

Carlos González: Un tipo muy especial, Araujo, muy especial. Fue con el único que no hablé. Nos saludamos si, un tipo muy respetuoso, muy educado, pero fue con el único que no… ¿viste cuando vos sentís que no hay feeling? Bueno, no había feeling

Mariano Pagella: La policía anuncia su detención como “otro prófugo” del robo. Pero no le asignan un rol como sucedió con “el ingeniero” o “el hombre del traje gris”. Nadie sabe cómo “encaja” en el esquema del plan. Es un gran enigma. 

Carlos González: Fue un hecho muy bien pensado, muy bien planificado. Pero que tuvo sus errores y que fueron el motivo real de por qué fueron detenidos.

Mariano Pagella: Para González y para el resto de la policía, el caso está resuelto. No conocen los detalles específicos del plan, pero creen tener suficiente evidencia para llevarlos a todos a juicio. Así que durante los meses siguientes, la fiscalía dedica todos sus recursos a organizar y armar el expediente del caso con todas las evidencias.

Los medios lentamente van dejando el robo de lado y se focalizan en otros temas, como un conflicto que surge por la instalación de una papelera en Uruguay o la estatización de la empresa que controla el servicio de agua potable en la ciudad de Buenos Aires. Pareciera que todos se hubieran olvidado del robo. Todos, excepto Rodolfo Palacios, que siguió en contacto con Beto de la Torre.

Rodolfo Palacios: Me acuerdo que yo le escribía mails, él estaba preso, pero iba a clases de informática y se generó como una especie de vínculo de confianza.

Mariano Pagella: Rodolfo está fascinado con Beto. Le parece uno de esos ladrones de película, sobre los que siempre soñó escribir.  

Rodolfo Palacios: Y Beto me hablaba de derechos humanos. Ya me parecía que salía del prototipo de ladrón que no le importa el contexto ni social, ni cultural, ni histórico del país.

Mariano Pagella: Y por supuesto, también sigue obsesionado con conocer cómo se realizó el plan. Rodolfo está seguro que Beto formó parte del robo, entonces cada vez que puede le desliza una indirecta, para ver si Beto cae y le confiesa algo.

Rodolfo Palacios: Y él, con ambigüedades, me iba diciendo no, dice: “bueno, quizá no están en el Caribe los que robaron el banco. Quizá ahora te están mandando un mail…”, todo como un juego. 

Mariano Pagella: Y así pasa el tiempo. Y a fines de 2009, Rodolfo va a visitar a Beto nuevamente a la cárcel. No como periodista, sino como visita privada. Ya pasaron casi cuatro años desde el robo, y en unos meses va a tener lugar el juicio a los sospechosos. Y en esa visita, en el patio de la prisión, Beto le hace una confesión. 

Rodolfo Palacios: Me contó cómo él había “apretado”, era el término que usó, a los rehenes. Hasta me agarró y me hizo la forma de que él apretaba, me agarró como del cuello. Me dice “obviamente con un arma de juguete, pero uno tenía que mentalizarse que era un arma real”.

Mariano Pagella: Finalmente, luego de años de relación, Beto de la Torre le confiesa a Rodolfo que efectivamente, él es el “hombre del guardapolvo” que entró al banco. Y no solo eso, Beto también le cuenta cómo se inició el plan.

Beto de la Torre: Me encuentro con un ex integrante de la banda Las Corbatas, que él me comenta de que había un muchacho, amigo, que tenía algunos trabajos para hacer y qué se yo…

Mariano Pagella: Este es Beto, que recuerda perfectamente ese momento de finales del año 2004, cuando conoce a alguien… muy particular.

Beto de la Torre: Nos encontramos, me lo presenta a Fernando Araujo.

Me dice “Mirá, estoy viendo un banquito acá en Acassuso”, que es justamente el Banco Río. “Un banquito ahí, que lo tengo más o menos en la movida, que por ahí se puede entrar por la alcantarilla”.

Mariano Pagella: Fernando Araujo, el más misterioso de todos los sospechosos, el único al que la policía no le pudo encontrar su rol… es el verdadero ideólogo detrás del plan del robo del siglo.

En el próximo episodio: Rodolfo Palacios nos presenta al misterioso Fernando Araujo. Beto de la Torre cuenta cómo fue su ingreso a la banda y vamos a conocer todos los detalles de la planificación del robo del siglo.

Beto de la Torre: La sensación es como que estás viendo una película de la realidad, de lo que está pasando, todavía estaban con el tema de la toma de rehenes y nosotros ya estábamos a resguardo.

Mariano Pagella: El Verdadero Robo del Siglo es una producción original de Adonde Media con el apoyo de Duolingo.

Este episodio fue producido y escrito por mi, Mariano Pagella.

Alejandro Marinelli y Tali Goldman realizaron la investigación periodística.

La edición del guión estuvo a cargo de David Alandete.

La mezcla de sonido fue realizada por mi y Martine Chaussard.

Nicolás Pagella compuso la música original.

La masterización y el diseño de sonido lo hizo Antonio Romero.

Luis Ziembrowski es la voz de Carlos González.

La ilustración del episodio es de Tony Ganem.

Martina Castro fue la productora ejecutiva.

Podes encontrar todos los episodios de la serie en robodelsiglopodcast.com o en tu aplicación de podcast favorita.

Gracias por escuchar.

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